IMPERIO BRITÁNICO.
El Imperio británico comprendió los dominios,
colonias, protectorados y otros territorios gobernados o administrados por el Reino Unido entre
los siglos XVI y XX.
Durante las primeras décadas del siglo XX, el
Imperio británico abarcaba una población de cerca de 458 millones de personas y
unos 33.700.000 km²,
lo que significaba aproximadamente una cuarta parte de la población mundial y
una quinta parte de las tierras emergidas.
El pico propiamente dicho se desarrolló durante unos 100
años (el llamado siglo imperial desarrollado entre 1815 y 1914), a través de una
serie de fases de expansión relacionadas con el comercio, la colonización y
la conquista, además de períodos de actividad diplomática.
Probablemente, el punto de máximo auge imperial puede situarse entre 1890 y 1920. El Imperio
facilitó la extensión de la tecnología, el comercio, el idioma y el gobierno
británicos por todo el mundo. La hegemonía imperial contribuyó al espectacular
crecimiento económico de Gran Bretaña y al peso de sus intereses en el
escenario mundial. En la actualidad países que son potencias mundiales o de una
gran importancia política mundial son herederos del imperio británico: Estados
Unidos, India, Canadá, Australia, Sudáfrica o Nueva
Zelanda.
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